sábado, 21 de agosto de 2010

CAPÍTULO XXVI. El Tepozteco

El viernes fue la reunión con los hoteles del YCI, yo no pude asistir porque tenía que dar el taller de Basket, tanto por la mañana como por la tarde, pero dicen que fue un éxito y que todo salio a la perfección. Tuve la oportunidad de asistir a la primera sesión de otro taller de música en uno de los albergues, y fue interesante, con una profesora que transmitía de manera excepcional la espirutualidad de la música y su amor por ella.

Llevaba un par de días con un granito en la mejilla, y se me había hinchado más de lo normal entre jueves y viernes, pero al pasar una noche rara, levanté el sábado con un lado de la cara totalmente hinchado, tanto que no podía abrir el ojo. Muy temprano fuimos al médico, y dijo que tenía una infección, por lo que me mandaron antibióticos, tanto infiltrados como por pastilla. Solamente la consulta de apenas 5 minutos me costó casi 600 pesos, más luego los medicamentos en la farmacia y las inyecciones que me costó otros 400 pesos. Aparte de esto, me busque otra clínica al lado de casa donde me pusieran la inyección, por 30 pesos cada una solamente "la mano de obra". En definitiva... echo de menos la seguridad social de España.

Aún con la cara deformada, decidí ir al estado de Morelos, contiguo a DF, aproximadamente una hora y media de viaje en carro, exactamente a un pueblo llamado Tepoztlan, unido a una de sus montañas llamada El Tepozteco.

Tepoztlan es llamado Pueblo Mágico, por la energía que transmite y por su pasado budista y con cierta relación con la cultura india. Sus calles son estrechas y empiedradas, con desniveles que acompañan a sus cientos de tiendecillas y puestecillos callejeros llenos de artesanía y puestos de comida. Es una ambiente tranquilo y calmado, muy bonito y que transmite algo especial.



Tiene varias montañas alrededor, pero nos decidimos a subir a El Tepozteco. Tuvimos que subir 600 metros de altura (en distancia mucho más) caminando en una recorrido empedrado de escaleras, con la naturaleza rodeandome entre árboles, cascadas y piedras erosionadas de tamaños indescriptibles. Al llegar a la cima, en lo más alto de la montaña, hay una "pirámide" pequeñita conocida como la Casa del Tepozteco, mide 9.50 metros de altura, edificada entre los años 1150 y 1350 d.C. Es un camino largo y cansado para quien no esté preparado, pero merece la pena cada metro, cada vista, cada olor... verdaderamente un paraiso natural.





Todavía me sorprendo al pensar los trabajados de la cima, donde se encuentra la pirámide, que tienen que subir todos los días, qué condición física!

1 comentario:

  1. Digamos que tú estás en forma y así empiezas ya la pretemporada. =P No te podemos dejar salir de casa, en seguida te pasan cosas raras en la cara... jejeje. Espero que ya estés mejor y tu cara en su tamaño normal. Un besito!

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