miércoles, 4 de agosto de 2010

CAPÍTULO XIX. Días de mucho aprendizaje

Después de unos días de bastante movimiento, me decido a actualizar. El martes de madrugada llegaron dos voluntarias que vienen de Zaragoza a echar una mano en Infantia (el que tenga curiosidad os mando el enlace, que nunca os lo he puesto, www.fundacioninfantia.org). Las han ofrecifdo hacer trabajo de calle con Casa Alianza para aprender, y estoy pensando en animarme para conocer también como es, pero nose si voy a poder compatibilizar horarios con el Basket, ya que parece ser que exigen el compromiso de al menos, el día que vayas, ir 8 horas completas, y eso me rompe todo el día.

La verdad que llevo un par de días aprendiendo muchísimo, ya que nos están dando charlas sobre "la trata de personas" en todos sus ámbitos (lo pongo entrecomillado porque hay problemas con la utilización de unos términos u otros), y nose por qué motivo pero en algunos momentos veo a los chavos o chavas con otros ojos.



Tengo un caso bastante curioso, es un chavo en el albergue de Casa Alianza que me impresionó mucho nada más verle, con un semblante muy serio y una constitución muy fornida, actitud fría y "de tipo duro", alguien quien realmente impacta cuando le ves, parece mucho más mayor de lo que realmente es, con un muro enfrente suyo que parece que nunca vas a atravesar. Al principio se apuntó a Basket y se le ve con ganas, pero en todas las sesiones, los 3 primeros minutos lo deja y se queda mirando, con una mirada impropia de él, mirada de envidia sana, con ganas de hacer los ejercicios, pero parece que nunca se decide a arrancar. El problema que tiene es que es respetado por sus compañeros debido a su fuerza física y su actitud amenazante, y dentro de la cancha de basket todos se ven iguales, y él se siente al mismo nivel que el resto (que de momento son un poco torpes, aprenden muy despacio), por lo que se siente desprotegido de su muro que le separa de los demás.

La verdad que tengo el dilema de no saber muy bien qué hacer en esta situación, porque le habran hecho tanto daño en su breve existencia que no permite que nadie más se ría de él. Después de hablar con él, tampoco he conseguido más que se una a algún ejercicio, pero en cuanto lo intenta una vez y ve que no destaca, de nuevo se retira. Todos tienen problemas de autoestima y desde luego que esto es un claro reflejo, espero que muy lentamente podamos ir quitando su muro y que se vaya uniendo al grupo.

1 comentario:

  1. Seguro que te acabas haciendo con él, gánate su confianza poco a poco ;) Besito!

    ResponderEliminar